La insuficiencia renal crónica es
la disminución progresiva e irreversible de la función renal, con una evolución
mayor a tres meses, en los cuales, las mediciones de paraclínicos se encuentran
constantemente alterados (BUN, creatinina, potasio sérico, depuración de creatinina)
demostrando de forma tangible dicha disfuncionalidad; Sin embargo únicamente
mediante la ultrasonografía se puede detectar la realidad (histológica) de este
tipo de lesión.
Son varias las causas hasta ahora
descritas de la enfermedad renal crónica, entre ellas la nefropatía diabética,
la nefropatía debida a enfermedad del tejido conectivo (lúpica), nefropatía
hipertensiva, entre otras, las cuales muestra a la enfermedad renal como una
complicación de alguna otra enfermedad sistémica o al menos multi-orgánica. Al haber una disfuncionalidad del
riñón, órgano par ubicado retroperitonealmente encargado de la microfiltración
de la sangre y que extrae de esta desechos metabólicos tóxicos en la orina,
estos (metabolitos tóxicos) comienzan a acumularse en la sangre (hiperazoemia)
conllevando a complicaciones clínicas bien conocidas y descritas como la
encefalopatía urémica (alteraciones neurológicas: desorientación, agitación
psicomotora, alucinaciones y hasta convulsiones), alteraciones en la conducción
cardiaca (Síndrome de repolarización, Elevación de la onda T, debido a
hiperkalemia), edema por acumulación de líquidos y que de acuerdo a la
localización anatómica, puede llevar a
otro tipo de complicaciones como derrame pleural con la consecuente dificultad
respiratoria, ascitis, derrame pericárdico etc, todas las cuales significan una
importante causa de morbi – mortalidad.
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